MÁS
ALLÁ DE LA
CATÁSTROFE SOCIETAL EN CURSO
El comienzo
del siglo 21 lleva en germen una descomposición, temporal pero violenta, de
todo o parte de la comunidad humana mundial. En varios grandes países,
procesos de agravación de importantes fenómenos conflictivos ya constituidos en
el siglo precedente, pero que continúan amenazando la paz de la Casa humana, resultan de :
● 1)
la competencia geo-estratégica de oligarquías,
de Estados, y de grupos de Estados, subiendo en tensión, y degenerando en enfrentamientos violentos
multiformes,
regionales, luego mundiales ;
● 2) el logro de procesos de zapa etno-cultural de poblaciones diversas (incluyendo una
instrumentalización de las religiones, cismas, y sectas, abrahámicas), degenerando en guerras civiles
intercommunitarias, secesiones, y modificaciones de entidades, lo que puede
también
lanzar, alimentar, o acelerar, los efectos del punto precedente ;
● 3)
el logro de procesos de
zapa financiera y monetaria, con hundimiento de las monedas más corruptas, luego de las
economías y presupuestos públicos atados, que puede también lanzar, alimentar, o
acelerar, los efectos de los 2 puntos precedentes ;
● 4) ciertas
especulaciones y penurias
provocadas de materias primas esenciales (productos alimentarios, agua
dulce, combustibles, metales raros, etc) que pueden también lanzar, acentuar, o
acelerar,
los efectos de
los 3 puntos precedentes.
Cada
proceso es conexo a otros, pero sigue su propia lógica y su propia dinámica,
lo que devuelve el conjunto potencialmente acumulativo y no dominable. Los
elementos de una crisis profunda son reunidos.
La probabilidad
más fuerte de explosión es durante el primer cuarto del siglo 21, con una
prórroga o un aplazamiento de los acontecimientos en el próximo corto plazo,
pero con una casi imposibilidad lógica de evitar toda violencia, tarde o
temprano, teniendo en cuenta el carácter irreversible y la gravedad de los
procesos existentes, que amplían recíprocamente sus efectos. Y es imposible
tanbién prever la duración de los acontecimientos violentos.
Frente a esta
constatación, la mejor reacción es necesariamente pragmática : por falta de poder
impedir una catástrofe societal provocada, pero adelantando fuera de control, hay que organizarse para poder
atenuar en lo posible los efectos durante los acontecimientos, y para poder
luego reconstruir lo mejor posible.
Las condiciones
óptimas de tal proceso depienden del conocimiento, de la comprensión, y de
la aplicación, de principios éticos y políticos fuertes, para poder
contribuir impidiendo otras predaciones y zapas
societales, mejorando la resiliencia de nuestra Casa humana común, y su
potencial de autocorrección. Lo que implica un nuevo reparto, bien equilibrado, de los
poderes y de los recursos (incluidos los de la información), en el interés general
humano.
Sabiendo que
necesariamente habrá que reconstruir una sociedad humana mundial cuyas
cohesión y autocorrección permanente son más que nunca necesidades de
supervivencia, mejor vale preparar esta obra lo antes posible.
Es
también a esto que
contribuye la herencia metacultural del humanismo histórico, patrimonio común de
la Humanidad desde más de 26 siglos, transmitido y mejorado de generación a
otra, y cuya síntesis moderna mayor, el eco-humanismo, incita a conseguir un
gran proyecto natural de desarrollo y de supervivencia de la especie humana,
por su cohesión inteligente creciente y su autocorrección permanente.
De una manera u otra,
históricamente, la especie humana mejoró progresivamente su cohesión de
conjunto, y salió reforzada de sus pruebas, a pesar de las pérdidas, de los
sufrimientos, y de las destrucciones, que momentáneamente sufrió.
Pero nuestros medios tecnológicos mal empleados (particularmente
militares) podrían poner en peligro el conjunto de nuestra especie.
Una aportación esencial del eco-humanismo es haber devuelto esto más consciente
y más claro, guardando a pesar de todo una esperanza prudente en nuestra trayectoria evolutiva excepcional. Muchos eco-humanistas,
en el mundo entero, comparten y transmiten esta esperanza y este saber.
Preparemosnos
pues valientemente para soportar la próxima tormenta societal anunciada
-que puede ser muy impactante- y para reconstruir una organización colectiva a
la medida del formidable destino potencial de nuestra especie, sin extraviarnos en
malas vías.
Esto
implica atreverse saber, y saber atreverse. De que somos
capaces.
Marc CARL. Paris,
20 sept.2012
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ADITIVO
18
dec.2012
Llamemos al pan pan y al vino vino: la profunda
crisis societal global del siglo 21 resulta de la actividad de plutócratas depredadores, supremacistas e imperialistas, principalmente occidentales (anglo - americanos).
Estos plutócratas y su proxies (actuando en gobiernos, partidos, bancos, complejos industriales, etc) son depredadores y corruptores depravados, pero bastante inteligentes sin embargo para enmascarar y deformar la realidad, con el fin de que no se pueda fácilmente comprender y anticipar sus acciones y sus fines, desconcertando e inquietando a sus opositores por un comportamiento alternativamente agresivo, o imprevisible, caótico, y aparentemente aberrante. Pero estructuralmente, lógicamente, ecológicamente, su sistema depredador supremacista es condenado al fracaso..
Las hipótesis de fin del sistema pluto-imperialista occidental son :
1 - Autodisolución (en consecuencia de su quiebra socioeconómica y financiera, de
estancamientos tecnológicos, de un agotamiento de sus recursos humanos y medioambientales, etc).
2 - Destrucción controlada por el exterior (de
resultas de acciones de contra zapa ejercidas por bloques geopolíticos competidores).
3 - Destrucción semi-controlada por el interior (desorganización y
intra-destrucción del
conjunto depredador y de sus comunidades-soportantes).
4 - Destrucción incontrolada generalizada (en una conflagración violenta interna y externa).
5 - Mutación temporal de forma (con nuevas alianzas, nuevas reglas financieras, nuevo desvío organizado de legitimidad) que
pospone pero no evita una quiebra sistémica final.
6 - Conjunción de varios de estas hipótesis.
Pero nada nos obliga a esperar pasivamente estos acontecimientos. Porque toda esta patología puede ser tratada por la aplicación de una inmunización y de una vacunación
societales eficaces, procediendo de una
autocorrección legítima reactiva de la Humanidad, que
mejor vale aplicar desde ahora.