La organización estructural eco-humanista.

     

El eco-humanismo es un movimiento filosófico y cívico que releva un patrimonio cultural histórico esencial, y que impulsa como complemento una puesta en ejecución pragmática(*) y coherente de los principios y de los valores de este patrimonio, reforzando la cohesión societal humana global.

Para garantizar y proteger esta actividad, las estructuras colectivas eco-humanistas modernas (asociaciones, redes, ONGs, etc) funcionan en democracia directa (sorteo de los mandatarios entre los voluntarios capaces) y en un espíritu federativo. La actividad eco-humanista puede aprovechar así a gente que legítimamente lo necesita, en el interés real de la sociedad humana, y no en impostores, acaparadores, u otros abusores y parásitos sociales, políticos, religiosos, o mercantes, que no tienen alguna influencia en la comunidad eco-humanista.

En efecto, los eco-humanistas auto-manejanse en independencia total de cualquiera estructura influencia parasita (partido, lobby, iglesia, secta, agentes manipuladores diversos), y confían a un nivel superior de organización – por tanto que sea bastante reconocido útil - solo lo que ellos mismos no son capaces de hacer bien al nivel local (por principio de subsidiariedad). Pero no son dispersados e incoherentes, son mantenidos en cohesión dinámica por el corpus principial estructurante que comparten, y por su estructura autocorrectiva de voluntariado y de coordinación.

Todo Ser humano altruista, valiente, y generoso, puede juntarse a esta comunidad abierta, y contribuir creando o animando un grupo local, o una red. Los eco-humanistas no establecen entre ellos una jerarquía formalizada permanente e inmutable, y cada uno(a) es libre de contribuir según sus posibilidades al interés colectivo. Pero pueden coordinarse y organizarse a su antojo para ser más eficaces, con jerarquías funcionales temporales, accesibles a los más aptos del momento. Su función y su estatuto de voluntariado pueden entonces ser reconocidos y oficializados por una o varias colectividades ecohumanistas.

Esto les permite ser consultables de manera prioritaria para lo que concierne a la actualización y la adaptación de los principios y de los fundamentos esenciales del eco-humanismo, tomando particularmente en cuenta nuevos avanzadas filosóficas y científicas.

En este marco, disponen de una instancia internacional reguladora, el Alto Consejo de Cohesión Eco-humanista (ACCEH), cuyos administradores también son sorteados por mandados limitados, y que tiene una función de arbitraje y de certificación. El ACCEH vela por el mantenimiento de la calidad y de la consistencia de los fundamentos conceptuales (particularmente éticos y filosóficos) eco-humanistas, y puede dar opiniones y recomendaciones sobre las prácticas y las referencias de toda persona o grupo actuando públicamente como eco-humanista, o implicando la comunidad eco-humanista.

(*) Es pragmático lo u el(la) que se adapta eficazmente a la realidad, pensando y actuando en este objectivo, o teniendo una capacidad y un valor que permite actuar así.

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